La bicicleta como instrumento contra el coronavirus

por | 07-05-2020

La pandemia de la COVID-19 y la necesidad de establecer medidas de distanciamiento social ha puesto sobre la mesa la necesidad de repensar el diseño de las ciudades.

Debido a la ocupación de gran parte del espacio público por vehículos privados motorizados, los peatones y ciclistas han sido relegados a estrechas aceras y carriles bicis (a menudo compartidos) por los que, en la mayoría de los casos, resulta imposible mantener la distancia social. Rediseñar el espacio público resulta, ahora, más necesario que nunca y urgen soluciones eficientes que garanticen la circulación segura por las ciudades.

A esto hay que añadir que, tras varias semanas de confinamiento, la drástica reducción del tráfico había traído consigo una bienvenida disminución de la contaminación y del ruido en las calles que, sin embargo, podría llegar a su fin con la llamada “nueva normalidad”. Y es que la percepción del transporte público como un posible foco de contagio podría ocasionar un repunte en el uso del coche privado, lo que nos llevaría de nuevo a la casilla de salida: vuelta a la contaminación, vuelta al ruido e incluso, vuelta al confinamiento si se produjera un repunte en los contagios por coronavirus.

En este escenario, la bicicleta se presenta como un instrumento que resolvería un doble fin: descongestionar las ciudades y garantizar el distanciamiento social.

Muchas ciudades ya han comentado a adaptar sus calles para dar mayor protagonismo al peatón y al ciclista, en detrimento del coche privado. En algunos distritos de Berlín se ha ensanchado el espacio de los carriles bici de forma temporal; en Bogotá, a los existentes 550 km de infraestructura ciclista se han añadido de manera temporal 117 km más; y en Budapest se han desplegado nuevos carriles temporales sobre las calzadas. En la misma línea, ciudades españolas como Barcelona o Madrid han comenzado ya a ganarle espacio en la calzada para los peatones y ciclistas.

En Valencia, la infraestructura ciclista existente ha mejorado considerablemente en los últimos años, con un aumento de carriles bici del 26% desde 2015 y contando, en la actualidad, con más del 64% de Calles 30. Pero para hacer frente a esta nueva etapa es necesario seguir avanzando en esta línea, mejorar las infraestructuras de forma que las aceras y los carriles bici tengan una anchura suficiente, así como garantizar una red de movilidad sostenible bien conectada.

En un webinar celebrado recientemente por Ciclosfera, Giuseppe Grezzi, concejal de Movilidad Sostenible y Espacio Público de Valencia, explicaba que “hay que aprovechar esta crisis para no volver a lo que teníamos antes. Hay que reducir los coches: ocupan mucho espacio, se mueven poco, consumen mucha energía y generan mucha contaminación, ruido y nos hacen dependientes de un sistema de movilidad muy equivocado”.

Grezzi considera anticuada la Ley de Tráfico de 2011 y pide la aprobación de un nuevo reglamento de circulación, así como una mayor inversión para un Plan Estratégico de la Bicicleta. “Hay un riesgo claro de volver hacia atrás, y en lugares como Valencia no es descartable que la gente vuelva a usar de manera masiva el coche”, explica Grezzi.

“Se genera una idea de que no hay que usar el transporte público porque podemos contagiarnos, pero es un mensaje muy peligroso. Se han hecho estudios en Italia y demuestran que en zonas más contaminadas hay una relación muy directa con las enfermedades pulmonares. Debemos lanzar un mensaje de tranquilidad y decir que podemos viajar con seguridad el autobús, y medidas como las mascarillas permitirán compartir todavía más seguros ese espacio. Cada noche los autobuses se desinfectan, y eso ya lo estamos haciendo”. Giuseppe Grezzi.

Por el momento, la ciudad de Valencia ya ha puesto en marcha algunas medidas que ayudarán fomentar el uso de la bicicleta y contribuirán al distanciamiento social:

 

  • La calle Colón contará con un solo carril para tráfico motorizado privado, el resto estarán reservados a EMT y taxis. Esta actuación ya estaba prevista antes del confinamiento, las obras terminaron a finales de abril.
  • La peatonalización de la Playa del Ayuntamiento, cuyas obras estaban previstas para después de Fallas y fueron paralizadas por el estado de alarma, pronto será una realidad.
  • El Ayuntamiento ha anunciado la creación de “supermanzanas“, grandes espacios entre cruces de calles que se peatonalizarán. Lo hemos leído en Valencia Plaza.
  • En la Avenida Pérez Galdós y Giorgeta y en la Plaza de San Agustín se ampliará el espacio para aceras con instalaciones temporales y se reservará un espacio en la calzada, junto al carril bus, para la circulación de las bicicletas. Nota oficial del Ayuntamiento de Valencia.
  • Los tramos en superficie de la futura línea L10 de Metrovalencia se han abierto como zona de paseo. Lo hemos leído en La Vanguardia.
  • En la Avenida del Puerto, dos carriles de la calzada serán utilizados para la ampliación de la acera y del carril bici. Nota oficial del Ayuntamiento de Valencia.

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